dimarts, 12 d’octubre del 2010

La visita del Papa


Escúchenme ustedes. Una cosa les voy a decir. El mundo está lleno de gilipollas. Hay gilipollas por todas partes, en todos los rincones. Enciendes la televisión y salen a borbotones; le das una patada a una piedra y viene alguien por detrás y te espeta: “Eh! Pero qué hace, fascista! Las piedras también tienen derechos! ¿Se cree usted que puede ir dando patadas a las piedras? ¿Qué pasaría si todos fuéramos dando patadas a destajo?”... menudo gilipollas!

Nada, asumámoslo, el mundo es de los gilipollas. Están ahí, forman parte del decorado, como las meninas, mirando con cara de Borbón. Y como un Velázquez cualquiera, me miro al espejo y pienso: “¿Qué coño pinto yo aquí?”

2 comentaris:

  1. Lo que más recuerdo de cuando fui al museo Picasso es al vigilante de la sala de las Meninas murmurando: "Esto es una mierda."

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  2. Comprobaste si era Mr. Bean? A alguien se le podría ocurrir hacer una película de Mr. Bean haciendo de segurata fingiendo ser un gran crítico de arte... bueno, mejor no.

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